Que levante la mano quien se haya mudado de comunidad autónoma. Quienes te escribimos hemos pasado ese proceso y… pf, de verdad, qué pereza. Ya no es solo que tengas que graduarte en el maravilloso arte de buscar alquiler (esperamos que lo consigas cum laude en precio y prestaciones); cuando piensas que todo ha pasado llega LA BUROCRACIA. Adulting puro, terror y sudores fríos, el culmen del y ahora qué hago, porque en muchos casos no puedes tirar de tus padres para ayudarte: puede que nunca hayan tenido que pasar por este proceso.
Si es tu caso, toma asiento, venimos a ayudarte llorar juntos.
¿Cómo empadronarse? Pa ke quieres saber eso jaja salu2
Empadronarse donde vives es altísimamente recomendable. Bueno, de hecho, es obligatorio, por el pequeño detalle de que existen sanciones por no estar empadronado en el lugar en el que vives. Este papeleo básicamente consiste en decirle al ayuntamiento al que llegas “hey, qué hay, aquí estoy”. Además, justificar tu lugar de residencia es el primer paso para un montón de trámites posteriores: conseguir asistencia sanitaria, acceder a algunas becas, solicitar ayudas municipales y autonómicas, acceder al desempleo, renovar tu DNI con tu dirección actual (que además, renovarlo por esta razón es gratis), poder votar…
Lo cierto es que el proceso es un poco diferente según el ayuntamiento en el que caigas: en algunos casos es presencial, en otros requiere cita previa y en otros incluso puedes tramitarlo online. Google es tu amigo. Lo que seguro que necesitas para realizarlo es tu DNI, NIE o pasaporte y un documento donde consten los datos de la vivienda asociados a ti (valdría el contrato de alquiler a tu nombre). Si no tienes de eso, puedes conseguir una autorización expresa de una persona que esté empadronada en tu nuevo hogar o, si vas a vivir en una residencia de estudiantes, una autorización de la dirección de la residencia.
Da pereza, pero no lo procrastines, que luego salen las ayudas, se petan las citas para empadronarse y no llegamos. Además, algunas ayudas solo se pueden solicitar si llevas un tiempo mínimo de empadronamiento. Eso sí, si eres oriundo de las islas o de Ceuta o Melilla, por la bonificación del 75% en los billetes de avión que los residentes tienen para viajar entre la península y sus lugares de “residencia”, igual te interesa atesorar tu empadronamiento en casa padres todo lo posible.
Ay, me duele aquí (el bolsillo, concretamente)
A ver, que somos jóvenes y no vamos a necesitar ir al médico y forever young, I want to be… STOP. Que sí, que te va a hacer falta. Antes o después. Y, la verdad, lo más fácil es estar empadronado, porque en ese caso, si eres español, vas a tu centro de atención primaria más cercano con tu volante de empadronamiento (antigüedad máxima: tres meses) y sales con tu flamante tarjeta sanitaria y tu médico o médica asignada, tan feliz. Más fácil que perrear Bad Bunny.
Si has decidido no empadronarte, la cosa se complica un poco. Aunque todos los españoles tienen derecho a asistencia sanitaria, el problema es que en España conviven 18 sistemas de salud diferentes que se comunican regular. Y aunque pienses que no pasa nada, tener un médico asignado donde vives es necesario para trámites como conseguir una baja (nunca se es lo suficientemente joven para romperse un pie o tener un gripazo) u obtener una receta (como esos antihistamínicos que te permiten respirar en primavera). Para cualquier cosa que no sea una urgencia.
Pero te queda una esperanza: la tarjeta de desplazado. Aunque no te permitirá tener un médico o médica de cabecera asignada, sí te permitirá recibir atención primaria sin necesidad de que sea por urgencias. Eso sí, no es una opción si tienes una enfermedad crónica que requiera de seguimiento por parte de una especialista, ya que no da acceso a este tipo de atención. La duración de esta tarjeta (de tres meses a un año) depende de la comunidad autónoma y, a veces, hasta del municipio donde la solicites, y en la mayoría de comunidades autónomas sólo necesitas acudir a tu centro de salud con el DNI y la tarjeta sanitaria de tu comunidad autónoma de origen para hacer la solicitud.
En tu nueva ciudad, tu voto cuenta
Al mudarte a otra comunidad autónoma, es posible que quién gobierna en ella sea la última de tus preocupaciones. Pero no te equivoques: si ahora vives ahí, quién gobierna te afecta. Cómo se recoge la basura y se limpian las calles (competencia municipal), cómo se financia el sistema sanitario (competencia autonómica), cuántas bibliotecas tienes a tu disposición, cómo son los colegios, si el solar de debajo de tu casa se convertirá en un parque o en un parking, cómo se reparten las ayudas de bienestar social… En definitiva, cómo se usan los impuestos que pagas –porque sí, ahora tus impuestos se pagan en esta, tu nueva comunidad autónoma (y ayuntamiento)– te incumbe.
El censo electoral se conforma a través del padrón. Es decir, si no te empadronas, no podrás votar en tu nuevo ayuntamiento (y comunidad autónoma, si tienes nacionalidad española). Además, el censo electoral no se actualiza automáticamente al empadronarse: de hecho, se cierra el día 1 del segundo mes anterior a la convocatoria de elecciones, así que si te mudas en fechas cercanas a unos comicios, te puedes quedar fuera.
No sé si te habremos convencido de la importancia de empadronarse si te mudas a otra comunidad autónoma, pero no creas que el rollazo burocrático de cuando te mudas termina aquí. ¿Y ahora cómo pago mis impuestos? ¿Qué cambia en la declaración de la renta? ¿Y la movida del coche y la DGT? Mira, nos estamos agobiando un poco y seguro que tú también tienes preguntas, así que si quieres nos las dejas en Discord y ya las responderemos en próximos What a Week.
El curetaje de FAQAdulting
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Esta semana hemos llorado un poco y no pasa nada. Por si necesitas que te lo recuerden.
Un poco de optimismo para acabar: nos gustó este hilo de Twitter en el que algunas personas compartían cosas que les hacen felices. Nosotros añadimos algunas de las nuestras:
Bea: una cámara de fotos que era de mi padre, las flores secas, mi colección de vestidos, un jersey calentito ahora que llega el frío otoñal.
Julio: mi juego de dados de rol, la palestina que me regaló mi padre poco antes de morir, mi reloj de pulsera y la libreta siempre a mi lado para apuntar las locuras que se me vienen.
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Por cierto, también nos hace felices que nos dejes un corazoncito ;)