Julio empezó hace unas semanas un experimento–estudio para dibujar un panorama sobre los sueldos de los periodistas y los trabajadores de comunicación (puedes ver las conclusiones aquí, pero ya te adelantamos que son para llorar). Y se dio cuenta de una cosa: en general no entendemos lo que pone en nuestras nóminas. No entendemos bien cuánto ganamos, ni sabemos la diferencia entre el salario base y el salario bruto (la primera que patinó aquí fue Bea)… Y eso si tenemos una nómina, claro.
Así que vamos a diseccionar en lo más básico uno de esos papelitos (o pedeefes) que deberías, si curras por cuenta ajena, recibir cada mes.
(Salario) bruto, hijo mío
¡Te ha tocado la lotería! En forma de trabajo, no vayamos a flipar. Hurra (o no). Pasa el primer mes y consultas feliz tu cuenta del banco. Un momento. ¡Lo que te han ingresado es menos de lo que te habían dicho! Emosido engañado 😱
Lo primero: todos los meses tienen que darte tu nómina. En ella aparecerá tu salario, detallado entre algunos conceptos que suman (devengos) y restan (retenciones) dinero. Vamos por partes. Nos hemos inventado una nómina falsa –con un buen sueldo como periodistas, porque soñar es gratis– para explicar qué encontrarás:
Aquí figuran tus datos (nombre, DNI, número de la Seguridad Social) y los de la empresa que te pagan. Vaya, menudo nombrecito legal tiene tu empresa, ¿eh? Para empezar, esto te ayuda a saber a ciencia cierta para quién trabajas. Hay empresas que juegan con varias sociedades para no acumularte antigüedad entre contratos y saltarse ciertas normas, así que cuidado cuando firmes contratos “de continuidad”: debe coincidir CIF y nombre de la empresa con los que tenías en tus nóminas anteriores.
En esta parte de tu nómina también figura tu antigüedad, tu categoría o grupo profesional, que define escuetamente tus funciones y fija el mínimo que podrás cobrar según tu convenio, y el grupo de cotización (tarifa en este ejemplo), que depende de las funciones que desarrolles en tu trabajo y determina un mínimo y máximo que deberás aportar a la Seguridad Social.
Vamos al meollo monetario. Estás tratando de recordar palabra por palabra aquella entrevista en la que por fin te dijeron el sueldo. Claramente en tu mente suena: “Son 18.000 brutos anuales”. Te limpias las lágrimas de humillación mientras piensas que vale, que no todo llegará a tu cuenta porque hay que pagar impuestos y esas cosas, pero cuando ves tu primera nómina a las lágrimas se unen un par de sollozos. ¿Capasao aquí?
Lo que ha pasado es que en tu nómina se reflejan tres salarios: el bueno, el feo y el malo.
El bueno: el salario neto es lo que ingresas realmente, después de descontar impuestos y otras cositas que ahora vemos. El “líquido”.
El feo: el salario base es lo que te pagan por tu trabajo. Sin aderezos, sin picantito. Vamos, sin complementos. Simple y llanamente, lo que aparece en tu convenio.
El malo: el salario bruto es el que te dijeron en la entrevista (se supone…). En este se suman el salario base, las pagas extraordinarias si te toca ese mes o si te las prorratean, y los complementos.
Los complementos son como los del KFC; pueden ser de cualquier cosa (perdón, es que acabamos de pedir la cena): transporte, personal, productividad, nocturnidad, fin de semana, antigüedad, peligrosidad, formación, beneficios especiales de la empresa, etc.
Ahora llega el tío de las rebajas a descontar dinerito para dejar el sueldo neto y limpio, listo para tu cuenta bancaria. Es lo que suelen llamarse “deducciones”, una mezcla del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (el famoso ierrepeefe, dicho así muy rapidillo y escupiendo mucho) y las cotizaciones a la Seguridad Social.
El IRPF es un impuesto progresivo, lo que significa que es más alto cuanto más ganas. Si no te gusta, pues te vas a Andorra, como los youtubers. Este impuesto va por tramos y si te lo tenemos que explicar, necesitamos otra newsletter. Como resumen: imagínate que cobras 15.000 € y te aumentan el salario hasta los 22.000 €. A partir de 20.200 euros, el porcentaje sube del 19% al 24%, pero solo se tributa los 1.800 € restantes al 24%. Así que, no, no hay nadie que pague la mitad de su salario en IRPF (el tipo máximo es 47%, para lo que supere 300.000 €).
Las cotizaciones a la Seguridad Social se dividen en cotización para el desempleo, para bajas, para formación (sí, pagas para tener derecho a formarte en tu puesto)… Normalmente se descuenta el 6% del salario bruto.
A veces te renta (je) que te suban el IRPF
Cómo infla la nómina pagar poquito IRPF, ¿eh? Al final un 19% o lo que toque de tu sueldo puede parecer mucha mordida. Muchas empresas, encargadas de retener ese impuesto, lo saben, saben que el sueldo neto de la nómina queda mucho más bonico con un IRPF bajito. Pero luego llega junio y OSTIA EL WORBU LA CAMPAÑA DE LA RENTA.
Si tienes suerte –o no, porque cobrar menos de 22.000 € de un solo empleador o 14.000 € de dos o más pagadores yo no lo llamaría suerte–, no tendrás que hacer la declaración de la renta. Pero ¡ay si sí y te han retenido poquito! Te vas a llevar menuda hostia que puede ser de varios cientos de euros, incluso llegar a las cuatro cifras.
Recomendación personal de aquellos (yo, Bea) que ya han pasado por esto: revisa tu nómina por si te interesa que la empresa te retenga más, porque puedes solicitarlo, y así ir con más seguridad. Up to you. Aquí te dejamos una herramienta para calcular las retenciones que deberías pedir (que es una “copia” del modelo 145 que muchas empresas te hacen firmar al empezar a trabajar con ellos).
Empresarios do cry
¿Sabías que sueldo y salario no son lo mismo? Pues nosotros tampoco.
Salario, palabra que se ha quedado anticuada desde que no nos pagan con sal (lo que nos faltaba, vamos), es lo que recibe un empleado por su trabajo, así en general, e incluye extras y complementos variables.
El sueldo es lo que ingresas fijo, hagas lo que hagas, cada mes, sin los variables, horas extras…
El coste laboral es de lo que se quejan los empresarios: básicamente, todo lo que tienen que pagar por tenerte en nómina. Tu salario bruto, y las cotizaciones e impuestos que paga al Estado.
Es esto que a veces puedes ver en algunas nóminas y que solo está para recordarte lo que le cuestas a la empresa, más allá de lo que te paga. Pero que no te hagan sentir mal, que si estás currando ahí seguro que ellos consiguen más que tú, que no son ONG. ¿A ti te lo han puesto alguna vez? ¿Tienes más dudas sobre tu nómina (que no sean por qué no te pagan más, que ahí no podemos hacer mucho)? Consultoría laboral y lloros compartidos en nuestro Discord (o en el sindicato).
El curetaje de FAQAdulting
No te vamos a mentir: aunque seamos periodistas, a veces nosotros tampoco entendemos algunos artículos en los medios. Y cuando no entiendes algo, pues sudas. Es lo que les pasa a los jóvenes: que no se enteran y pasan de los medios. Algo habrá que hacer mejor, creemos nosotros. En FAQAdulting estamos abiertos a la autocrítica, así que si no te has enterado de cómo funciona una nómina después de esto, danos el aviso ;)
Estamos mirando la hora y quedan 37 años para jubilarnos. La precariedad es una realidad que quema mucho. Un grupo de amigos cuentan su hartazgo y lo cansados que están de esta mierda que se llama mercado de trabajo.
¿Quieres tender tus bragas de manera rápida y sin gastar todas tus pinzas? Este TikTok es el tipo de contenido que aspiramos a hacer y la solución a las infinitas horas secando la colada.
… y si nos dejas un corazoncito, la semana que viene te contamos también un truco para tender los calcetines.