No es que me dé vergüenza, es que no cabemos en mi mierdipiso
Fiesta en el armario de las escobas
Málaga está plagada de guiris. Lo bueno que tiene esto es que fácilmente puedes apuntarte a intercambios de idiomas y hacer amigos de otros países sin irte de Erasmus (básicamente, porque Julio no podía permitírselo). En una conversación sobre diferencias culturales, una chica italiana dijo: “Los españoles son los primeros en invitarte a tomar algo y los últimos en invitarte a su casa”, algo que el resto del grupo (suizos, belgas, franceses, húngaros…) confirmó.
Esto dejó a Julio pensativo y un día lo comentó con Bea, a lo que ella respondió: “Lógico, si vivimos todos en pisos enanos en bloques colmena”. O peor aún, compartimos piso hasta que nos salen canas.
Casas pequeñas, enemigas de las visitas
Dos de cada tres españoles viven en bloques de pisos. Es uno de los porcentajes más altos del mundo. Además de esto, la mayor parte de los edificios tiene menos de cincuenta años de antigüedad: son de una época en la que se necesitó construir muy rápido y muy barato para alojar a cientos de miles de inmigrantes interiores durante los 60 y 70. Envasar a todo un país en torres y calles estrechas a medida que se ejecutaba el éxodo rural ha cambiado la forma en la que nos relacionamos con el espacio público y privado.
Es complicado independizarse en España, sea compra o alquiler, a no ser que heredes. Además, nuestros pueblos y ciudades tienden a concentrarse en el territorio. Súmale a esto, la presión extra que ejercen en muchas ciudades y pueblos los guiris inmigrantes ricos de otros países que expolian a golpe de talonario a los ciudadanos para matarse haciendo balconing. What a time to be alive…
Así, terminamos viviendo en pisos pequeños, compartidos con otras personas que no necesariamente tienen que ser tus amigas, y nos vemos obligados a llevarnos bien por el bienestar de la convivencia (y del bolsillo). Si ya de por sí es complicado convivir, si hablamos de espacios reducidos es normal que queramos salir de casa.
Ventajas: planes baratos, es una buena forma de coger ideas y compartir necesidades
Las casas pequeñas con apenas espacios compartidos les vienen genial a la hostelería, al consumo y al capitalismo en general. “Todo el ocio lo tienes que hacer fuera. No puedes hacer ocio en tu propia casa, no puedes juntar a amigos. Es una privatización de todas las actividades sociales”, explica el arquitecto David García-Asenjo. Nuestro ocio termina siendo irnos de terraceo: “No hay espacio para socializar que sea público”.
No siempre es posible darle la vuelta al bolsillo para gastar en ocio, y ser unos pobres miserables es una razón tan buena como cualquier otra para quedarse en casa con los colegas y compartir penas, una botella de vino del súper y un plato de macarrones (por el que te sablarían quince pavos en un restaurante mediocre).
Además, podéis compartir ideas sobre cómo hacer más acogedora vuestra habitación y la desgracia de que todos somos pobres en el salvaje, injusto y elitista maravilloso y autorregulado mercado capitalista.
La importancia de contar con una buena vivienda para nuestra salud mental
Vivir en una mierda de casa termina afectando a nuestra salud mental (quién diría que la falta de luz solar y de ventilación es malo para una persona, cero sorpresas, eh). “Puedes hacer tuyo tu dormitorio, pero necesitas un espacio en tu propia casa que te permita cambiar mentalmente de espacio para descansar. Lo recomiendan muchos médicos: ir al dormitorio a dormir, y que no trabajes, veas la tele o comas en ese espacio”, comenta García-Asenjo.
Eso, siempre que puedas. Naturaliza la miseria con tus compañeros de piso (por mal que te caigan): comparte espacios comunes. Como cuando vivías con tus padres e ibas un rato a ver la tele con ellos porque estabas hasta las narices de no salir de tu habitación. Pero no esperes que el Estado te ayude en esto: “En lo público, en el tema de la vivienda es cero. Estamos en un camino que pinta mal como no se intervenga”, señala García-Asenjo.
Nos vamos a vivir debajo de un árbol (un ratito)
En verano, olas de calor; en invierno, nevadas; en primavera, alergias. Por estas y muchas más razones el otoño es la mejor estación del año ☺️ (en FAQa discutimos mucho, pero no sobre esto). Pero encerrarte nueve meses en tu armario de escobas piso no es lo más recomendable y, si tu hogar no es el sitio idóneo para convivir y quieres salir de la espiral consumista, buscar parquecitos, calles anchas, plazas y charlar o pasear puede ser una alternativa sana. Siéntate en el suelo si hace falta.
García-Asenjo comenta cómo desde la arquitectura se están impulsando iniciativas que buscan soluciones a esto: “Existen proyectos de viviendas que tratan de incluir espacios comunitarios dentro del propio edificio: lavandería, comedor, espacios donde la gente puede socializar y llevar a un grupo de amigos sin tener que estar en la calle consumiendo… Simplemente un espacio común, de relación”.
¿Y tú? ¿De qué manera tratas de equilibrar vida y ocio en casa y en la calle? ¿Nos lo cuentas en nuestro Discord?
El curetaje de FAQAdulting
Aunque a Españita parece que le da bastante igual la vivienda, en Portugal se han puesto manos a la obra para intervenir el mercado con una buena batería de medidas. Veremos si se materializa y no es solo promesas y humo en el aire. Por otro lado, parece que el famosísimo modelo sueco tiene sus problemillas.
¿No te acabas de sentir a gusto con las apps de ligue? ¿Sientes que, de alguna manera, ha cambiado la forma de arrejuntarse? Es normal: suponen bastantes cambios en nuestra manera de relacionarnos.
El correo, el Telegram, el Slack… Las formas de comunicarnos en el curro se han multiplicado y cada vez hay más diferencias generacionales entre usar una u otra herramienta.