Mira, hablemos claro: en España no hay Gran Dimisión. Pero eso no quita que estemos hasta los huevos de tener trabajos de mierda. Ya no es solo que te paguen mal, sino que en ocasiones hay acoso laboral, tu trabajo no tiene futuro o estás menos de seis meses en la misma empresa encadenando chorrocientos contratos (o directamente eres falso autónomo).
¿Quién se puede permitir dimitir? La gente que no necesita currar, que está en una buena posición o que trabaja en ciertos sectores. Quienes están en lo más alto, quienes tienen trabajos con bastantes ceros en su nómina y pueden negociar de tú a tú con la empresa. Si te parece que hablamos de ti, felicidades. Si te has visto mirando el reloj esperando la hora para salir de currar y refrescando con ansiedad la bandeja de correo aguardando un mensaje que concierte una entrevista de trabajo, llora con nosotros.
Pay them more
Julio siempre ha currado por pasta. Pero Bea no (aunque nunca ha trabajado gratis). Sí, tener “un trabajo que no parece un trabajo” suena muy bonito, pero la casa no se paga sola. Lo cierto es que en España cobramos una puñetera basura. Según el INE, el 50% de la población ganaba en 2019 (último dato disponible) 20.351 € brutos o menos. Y si eres mujer, malas noticias, porque los salarios son menores: la mitad de las mujeres ingresaba 17.961 € o menos, frente a la mitad de los hombres, que cobraba 22.368 euros o menos.
¿Por qué os hablamos del 50% y no decimos la “media”? Porque la media de salarios no es la mejor cifra para medirlos. Si Julio tiene dos pavos y Bea ninguno, no sería justo decir que cada uno tiene un pavo (aunque sería la media). En 2019 la media salarial fue de 24.395 €. Los 4.000 euros de diferencia que hay entre uno y otro ya nos dan pie a hablar de la desigualdad salarial que existe en España. ¿Y cuál es el más frecuente? En mujeres, 13.514 euros. En hombres, 18.506 euros. De nuevo, la desigualdad… Y seguimos abonados al mileurismo.
Con este dinero, pagando una media de 10,57€/m2 al mes de alquiler y con un 25% de temporalidad en el empleo, según la EPA, no sorprende que haya sectores en los que cada vez sea más difícil encontrar mano de obra. Según Eurostat, casi un 1% de los puestos que se ofrecen no se cubren. Unas 109.000 vacantes. No encuentran a las personas adecuadas. La mayoría, en hostelería, construcción y transporte. Pero de ahí a hablar de una “Gran Renuncia” hay un salto muy grande.
En el informe de Randstad Employer Brand se detectó que el 13% de los trabajadores dejaron su empresa en 2021, mientras que el 28% querría cambiar en 2022. Sin embargo, la probabilidad de moverse de un trabajo a otro va unida a la posibilidad de encontrar ese nuevo trabajo. Al final, solo en áreas donde el desempleo sea menor o se busquen perfiles muy concretos (fundamentalmente, trabajos tecnológicos) es en las que hay mayor capacidad de dimitir sin arrepentimiento y negociar mejores condiciones por uno mismo. En otras circunstancias, la única posibilidad que existe de mejorar la situación es hacer piña con los compañeros y reclamar que se respeten los derechos laborales. Ojalá existieran organizaciones de trabajadores autogestionados que pelearan por sus intereses…
Salario emocional
“A mí lo que me emociona es que paguen más”, podemos leer en una de las últimas columnas de Ángeles Caballero en El Confidencial, en la que reniega del cacareado salario emocional como una excusa que busca compensar la falta de subidas salariales. Mucho de ese salario emocional que las empresas ofrecen no son más que derechos laborales vestidos de purpurina. O detracción de derechos laborales con muchos fuegos artificiales, como cuando la empresa se traslada a un coworking. O incluso actividades que irrumpen en horario extralaboral y alargan las jornadas. Porque por chulo que sea el plan que ofrece la empresa (un afterwork, una formación, un campeonato de futbolín), si se hace fuera del horario laboral, es posible que el trabajador prefiera estar en cual-quier-o-tra-par-te.
Sí es cierto que un buen ambiente laboral es importante, que la conciliación se valora, que la formación es un plus y que a todos nos gusta que nos reconozcan los méritos, pero también nos gusta pagar el alquiler, comer algo que no sea arroz y poder tener ocio, que encima está muy caro.
Sinvergonzonería patronal, autodefensa laboral
En los últimos días hemos visto hacerse virales las declaraciones de un señor sinvergüenza hostelero de Málaga que se quejaba de que no encontraba camareros. Con sorna, declaraba: “En hostelería se hace media jornada, 12 horas. Ha sido así toda la vida". Este es un ejemplo del escandaloso trato que se da a los trabajadores en este sector, uno de los que denuncia mayores problemas para cubrir sus vacantes. Pero también es un sector donde los salarios son bajos, los descansos, exiguos; las jornadas son maratonianas y la conciliación brilla por su ausencia.
Hasta hace nada, para denunciar estas irregularidades era necesario poner una denuncia por escrito en las Inspecciones Provinciales de Trabajo y Seguridad Social, un procedimiento que no asegura el anonimato de la persona denunciante. Desde la aprobación del Plan Director por un Trabajo Digno 2018-2019-2020 en julio de 2018, existe el Buzón de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, que permite avisar de forma anónima de incumplimientos de la normativa laboral –incluidos supuestos de discriminación–, de Seguridad Social o de prevención de riesgos laborales. Algunos ejemplos, por si esto te suena ajeno: falsos autónomos, horas extras no pagadas, contratos a tiempo parcial pero trabajando 8 horas, acoso sexual, brecha salarial, pagos “en B”… Aquí tienes el formulario (lo que hagas con él es tu responsabilidad, pero si nos lo quieres contar, aquí dejamos nuestro Discord).
El curetaje de FAQAdulting
En el último informe de Reporteros Sin Fronteras sobre libertad de prensa en el mundo, España retrocedió tres puestos, hasta el 32º. La libertad de prensa no va a mejorar si se imputa a periodistas por un presunto delito de falso testimonio al denunciar una agresión policial de la que hay grabación en vídeo. Cuatro compañeros periodistas se enfrentan próximamente a un juicio en el que podrían acabar con una condena de uno a tres años de prisión y una multa de seis a doce meses. Están recabando apoyos a través de una caja de resistencia impulsada por la sección Prensa y Comunicación de CNT. Colabora si puedes. (Actualización: ¡completados los apoyos!)
Un secreto a voces es que las políticas públicas parecen favorecer más a los mayores. Ahora, una investigación ha arrojado números y evidencias de que las familias con hijos y los jóvenes pagan más impuestos y reciben menos recursos públicos.