La educación sexual es nuestro animal mitológico favorito. Eso nos deja a merced de una “herramienta de educación sexual” tan a mano y tan… fiable… como es el porno.
Actualmente, el 48,4% de los adolescentes no ha recibido educación sexual en los centros educativos. Mejor no miremos los datos de aquellos que vamos por la treintena (como Bea; o los veintilargos de Julio). Por otro lado, el 68,2% de los adolescentes consume porno de manera frecuente (ellos el doble que ellas). En un país supuestamente avanzado en libertades, derechos y progresos sociales, seguimos muy estancados con la educación en sexualidad, un “aspecto central” del ser humano, según la OMS.
Así que nos hemos enfrascados en la maravillosa tarea de hablar sobre sexualidad con datos y explicaciones para arrojar luz al mayor tabú de nuestra sociedad. ¿El sexo? No, hablar de quiénes somos y lo que nos hace felices.
Hola, amigos, hoy en Bricomanía Pornhub vamos a aprender cómo…
Si la ¿única manera? de aprender algo sobre nuestro cuerpo o sobre la sexualidad es mirando vídeos por Internet, pues investiguemos qué es lo que nos gusta del porno. La mayor página de pornografía del mundo, Pornhub, lanza unos informes anuales que son crema (y no de la pastelera) para comprender un poquito más qué nos gusta. Si ponemos el foco en España, el 38% del total de visitas son de mujeres, mayor que la media mundial de la página (uy, vaya, al final lo de disfrutar viendo porno es cosa de todes). Además, más de la mitad (54%) de las visitas a Pornhub son de personas menores de 35 años (los jóvenes somos unos viciosos ueeeeh).
Y, además de esto, ¿qué tipo de contenido solemos buscar en España? Arrasa el hentai. Fue la tendencia más buscada en 2021 y suele ser una de las más consumidas año a año. Le siguen MILF, lesbian, amateur y anal. Por las categorías que establece Pornhub, en España triunfan las maduras/maduros, lesbianas, anal, MILF y las grandes tetas. Además de esto, en España hay otros cinco géneros que, con respecto al resto del mundo, son mucho más populares: dedos, brasileño/a, fiesta, hombre musculoso y tijeretear/hacer la tijera.
A nivel mundial, se confirma que la pornografía es la “herramienta” más común que usamos para aprender sobre sexo (de aquella manera): en 2021, Pornhub detectó que fue la décima tendencia de búsqueda y registró más de 200.000 vídeos sobre el tema (hemos revisado y también los hay en español). Las principales búsquedas son “cómo hacer un squirt”, “comerse un coño”, “chupar una polla”, “ponerse un condón”, “durar más”, “hacerse un dedo”, “afeitarse las pelotas”, “encontrar un punto G” y “cómo hacer que ella se corra”. Si Mahoma no va a la montaña, la educación sexual llegará a tu página de porno favorita (o algo así era el refrán).
Pero más allá de Pornhub, en España ya hay algún proyecto dedicado a educación sexual explícita para adultos, como Santa Mandanga, que se venden como “Escuela Digital de Educación Sexo Afectiva Práctica y Emocional” con perspectiva feminista e inclusiva, cuyos cursos son online (de pago y algunos vídeos gratis) y que cuentan entre sus profesores con profesionales de la psicología y la sexología. Su Instagram está lleno de tips. Además, algunas marcas, como Platanomelón, se han tomado en serio derribar tabúes sexuales para mejorar la educación sexual de los españoles y, especialmente, las españolas.
(No nos han pagado nada por esto, pero, dueñes de estas marcas, si nos queréis regalar unos cursos, nosotros encantados de aprender).
Madre mía, no follamos na 🥲
Pues sí: según las últimas encuestas, echamos pocos polvos. No hay datos a nivel nacional actualizados (ya que la última encuesta de este tipo es de 2009 y, oye, tras una crisis, la caída de la fe en el capitalismo, una pandemia, otra crisis, una guerra y la salud mental de la gente echa polvo, creemos, Ministerio de Sanidad, que ya va tocando renovar datos), pero el año pasado hicieron en Andalucía una encuesta a jóvenes apañaíca, que nos dice un poco cómo está el patio (y las camas) de la gente.
El 72% de los jóvenes entre 18 y 35 años han tenido relaciones sexuales completas con otra persona. Ahora bien, haberlas tenido a lo largo de tu vida no significa que nos hinchemos de follar. De hecho, el 42% de quienes han practicado sexo alguna vez no mantienen ningún tipo de relación sexual a lo largo de la semana (Julio, que lleva en este grupo mucho tiempo, ya se ha resignado) y el 39% practican entre 1 y 4 veces a la semana. Si es que el capitalismo es un asco: ni follar nos deja ya 😢
Por tipo de práctica, el sexo centrado en la genitalidad sigue arrasando entre la juventú andaluza. El 85% tiene relaciones sexuales vaginales; el 70%, orales, y el 67% se masturba. Quienes tienen relaciones sin penetración habituales son el 28% de las personas menores de 35 años mientras que el sexo anal solo lo practica el 19%.
Yo para orientarme uso el Maps
La sexualidad humana no es solo el sexo (aunque este es importante). Cómo nos relacionamos con otras personas de manera afectiva o quién nos gusta también forma parte de este megacapítulo que es el ser humano.
De todo este maremagnum de conceptos y características que definen la sexualidad, un dato de bastante interés es la orientación sexual. En nuestra sociedad solemos tener una clasificación bastante básica: homosexual, heterosexual, bisexual, asexual y poco más… Así aparecen en las encuestas generalmente, aunque el Manual de identidades sexuales de la psicóloga Patri Catalán dedica al capítulo de las orientaciones (sexuales, románticas, asexuales) nada menos que 150 páginas. Por poner peso a la complejidad que esconde algo que habitualmente se simplifica mucho.
Dicho esto, la misma encuesta para jóvenes andaluces reveló que casi 3 de cada 4 personas se identifica como heterosexual (oh, chorprecha). Esta es una tendencia que se ha visto en otras encuestas recientes a nivel nacional. Lo más interesante es que hay diferencias notables entre hombres y mujeres.
Las mujeres que se declaran bisexuales duplican a los hombres que se identifican como bisexuales (¿son ellas más? ¿Sufren ellos más bifobia interiorizada?), pero sin duda lo más llamativo es ese 14% y 9,4% de hombres y mujeres, respectivamente, que no responde a esta pregunta en la encuesta (más o menos, el porcentaje habitual en otras encuestas similares). En cuanto al emparejamiento, el 68% de las personas menores de 35 años tiene una relación estable (cosa que tampoco tiene Julio). Aunque la mitad de ellos no convivan juntos.
Todo esto apenas rasca la superficie de la diversidad que supone el deseo humano, las relaciones sexuales (¿alguien habló de BDSM? ¿No?), las identidades relacionales (¿poliamor es amor entre agentes del orden?)… Corcho, ni siquiera hemos hablado de identidad de género y sexualidad. En fin, si tú también sientes que la sexualidad y todo lo que lleva aparejada es un tema del adulting sobre el que hablamos poco, puedes darnos tu opinión en el Discord.
El curetaje de FAQAdulting
¿Está la masculinidad clásica en jaque? Un nuevo estudio identifica que el 42% de los jóvenes no se identifican con ella.
A lo mejor ese malestar que sientes es aburrimiento. Una filósofa da una visión interesante sobre cómo el muermo puede ser un problema y una oportunidad para decir “Oye, basta”.
¿Sabrías enfrentarte al silencio? Al de verdad. A la nada. Ese que hace que te oigas pensar. Que incluso llegue un momento en que dejes de pensar. No nos parece nada fácil: vivimos acelerados e inmersos en el ruido.
Podéis dejarnos un corazoncito para que Julio no se sienta tan solo.