–Pff, Bea, esto del curro nuevo está siendo una locura.
–¿Y eso?
–Porque hay chorrocientos programas que no me han explicado, la mitad de la gente no tengo claro qué hace ni sé bien a quién preguntar y hay una carga de trabajo tremenda…
–Bueno, ten paciencia; a todos nos cuesta arrancar en un sitio nuevo.
Al poco de empezar Julio en su nuevo trabajo, habló con Bea sobre lo cuesta arriba que se le estaban haciendo los primeros días. Después de firmar el contrato y hacerle una ronda express de presentaciones, lo lanzaron al vacío con su ordenador nuevo sin configurar y un marrón de mil pares de narices que había surgido esa misma mañana. No es su primer empleo, pero sí que es verdad que hacía mucho que no trabajaba como asalariado, con un horario más o menos fijo, en una oficina y adaptado a la “cultura diaria” de una compañía.
Comenzar en un curro nuevo no suele ser fácil para nadie. Por mucho que las empresas se den palmadas en el pecho, el onboarding brilla por su ausencia y la sensación de soledad y desconcierto —sobre todo si es el primer trabajo— puede superarnos… además de ser una ocasión perfecta para que la empresa trate de colárnosla.
Lee bien tu contrato y busca tu convenio
Hemos hablado miles de veces de los terrores que el lenguaje burocrático nos impone en el día a día. Los contratos no son una excepción. Aunque el Estado tiene unas plantillas predefinidas, es crítico que prestemos atención a lo que pone en ellas y a posibles cláusulas extra que haya añadido la empresa para la que empezamos a trabajar. A veces el salario aparece al final, otras te especifican si son 12 pagas en la segunda página, puede que veas que tu horario dice según convenio… Espera, ¿según convenio? ¿Eso qué significa? Significa que te toca googlear para buscar el acuerdo sectorial o de empresa que se te aplica.
Normalmente, el convenio debería aparecer en el propio contrato. Si aún así no te queda claro, puedes buscar el convenio que se te aplica en la sede electrónica de la Seguridad Social (ojo, el de la Tesorería, no el del INSS).
Si tampoco te queda claro, tienes derecho a preguntarlo claramente al departamento de Personal, Recursos Humanos o el nombre chupiguay que le hayan puesto (si tu empresa es lo suficientemente grande como para que exista tal cosa; si no, directamente a la persona que firma tu contrato por parte de la empresa, que lo más normal es que sea tu jefe o jefa). Una vez tengas claro el convenio que se te aplica, hay que buscarlo. Sea convenio sectorial o de empresa, estos se publican siempre en las verdaderas Sagradas Escrituras del Estado, es decir, el BOE y sus hijos: boletines autonómicos o provinciales, si fueran convenios locales.
En los convenios se recoge toda la información sobre las pagas extras, los grupos profesionales (ojo aquí, por si te han puesto en el grupo que no corresponde para pagar menos), los días de descanso, el horario que hay establecido, etc. Es un buen mazacote de texto, pero conviene revisarlo de cabo a rabo porque hay un montón de derechos que muchas veces no sabemos que existen y te pueden salvar la vida son tuyos, leñe. Además, incluye información sobre algo clave cuando estás empezando: el periodo de prueba.
La mayoría de los convenios suelen tener mejores condiciones que el Estatuto de los Trabajadores en lo que se refiere al periodo de prueba: mientras la ley establece, como norma general para contratos indefinidos, seis meses de prueba para titulados y dos meses para el resto, hay ejemplos, como el convenio estatal de la hostelería, en los que este oscila entre los 45 y los 90 días (excepto directivos). Esto es importante porque, ahora que las empresas se han visto más jodidas para encadenar contratos temporales tras la aprobación de la nueva reforma laboral, se están hinchando a despedir antes de que se cumplan los seis meses de contrato. Y –aquí viene lo importante– cuando, según tu convenio, tu periodo de prueba es menor y te despiden a los seis meses (por ejemplo: tu puesto es para alguien no titulado), tienes derecho a indemnización. Si además te echan sin razón aparente, la indemnización sería mayor al ser un despido improcedente.
Fichar, vacaciones y otros privilegios derechos laborales
Además de lo que viene en el contrato –y en el resto de documentación que, si tienes suerte, recibirás al empezar, y que te ayudará con muchos quebraderos de cabeza–, es importante conocer cómo la empresa gestiona (generalmente, mal) dos aspectos que influirán en tu día a día: los horarios y las vacaciones.
En teoría, las empresas están obligadas a contar con un sistema de fichaje que sea algo más robusto que una hoja de firmas arrugada –o una hoja de cálculo– fácilmente manipulable. Aunque las circunstancias de cada currante son distintas y no siempre se tienen todas consigo, es muy importante preguntar y ser firme con el horario para que no te atropellen con horas extras sin pagar a la primera de cambio, así como ser fiel al horario real que se hace cuando se refleja en el sistema de registro. Y que no te tanguen con la flexibilidad horaria: si la hay a la salida, que la haya también a la entrada.
Otra duda habitual, sobre todo cuando empezamos en un nuevo trabajo con el año ya comenzado, es cuántos días de vacaciones corresponden. La norma dicta 30 días naturales al año –que muchas veces se transforman en 22 laborables–, que pueden ser ampliados en determinados convenios; sobre todo, por incluir festivos concretos. Eso viene a ser 2,5 días por mes trabajado. Por otra parte, la empresa puede prorrogar el disfrute de las vacaciones hasta varios meses en el año siguiente. Tenlo en cuenta y pregunta a tus compañeros para saber cuándo se suelen pedir vacaciones.
Si en la empresa son majos, seguramente te carguen o te asignen de primeras los días que tienes en el año que has empezado. Si no, tendrás que negociarlo conforme vayas generando vacaciones con los meses trabajados.
Date un respiro: empezar no es fácil para nadie
Aunque todo este rollo legalista es importante, tampoco podemos descuidar nuestra salud mental. Entrar en un sitio nuevo, con rutinas y dinámicas de trabajo establecidas, relaciones sociales ya forjadas y cierta cultura propia (bromas internas, apodos, tabúes…) puede abrumar a cualquiera.
Sí, uno no va a trabajar para hacer amigos, pero tirarse un tercio del día (de media) en un sitio en el que no sabes ni cómo decir ‘hola’ puede joderte a la larga. Si estás empezando, respira fuerte y ármate de paciencia. Probablemente tus compañeros estén quemados, o también estén tratando de encajar contigo lo mejor posible. Y si estás en el lado contrario y entra una nueva persona, sé agradable y acógela lo mejor que puedas, que todos hemos tenido un primerito día.
¿Dudas? Sindícate
La verdad es que casi ni hemos empezado a resolver todo lo que nos hubiera gustado saber en nuestro primerito día, y seguro que hay multitud de preguntas que se nos han quedado en el tintero. También puede que lo que necesites sea un sitio donde desahogarte, crear lazos con compañeros y luchar juntos por mejorar vuestro lugar de trabajo y vuestras vidas. ¿Te parece buena idea encontrar un lugar donde haya más compis como tú? ¿Has visto un tablón sindical al entrar a tu lugar de trabajo? Nosotros te recomendamos encarecidamente que te sindiques y busques ayuda sobre derecho laboral por parte de profesionales para que no os tanguen.
Si igualmente tienes dudas o quieres contarnos anécdotas de cómo fue tu primer día en un curro nuevo, pásate por el Discord porque seguro que no son problemas solo tuyos, sino…
El curetaje de FAQAdulting
Hablando de comienzos en solitario, ¿sientes que el mundo está hecho para dos? ¿Te parece que todos los menús están pensados por defecto para el modo ‘Fiesta familiar’? El fantástico Juanlu Sánchez, junto a su equipo de Un Tema Al Día, nos da las claves de cómo es vivir solo (o sola) en un mundo hecho para parejas.
No hay mayor locura que el mercado, y por eso con cada vez más frecuencia vemos situaciones dignas del mejor teatro de Valle-Inclán, como el casting en el que se ha convertido buscar piso.
Si piensas cambiar de trabajo el año que viene o, como nosotros, ya estás planificando las vacaciones de 2023, deberías echarle un ojo al calendario laboral. Ojo, que hay dos festivos que dependen de tu localidad.
Y una corrección: la semana pasada quisimos enlazar al HUL y terminamos enlazando a un tal Rahul Gupta. Esperamos que os gustara su trabajo como actor y modelo, pero este es el evento al que fuimos y en el que nos dejamos los dineros.
Si te hemos aclarado un poco esas dudas de novato o si al menos te hemos acompañado y hecho saber que no eres la única persona que se siente así, déjanos un corazoncito al final de esta newsletter. Y si sabes de alguien más que está pasando por el trago de comenzar en un nuevo sitio, compártele esta newsletter.